Aunque no es sencillo, se calcula como cualquier otro impuesto, tomando en consideración varios elementos:
✔️Base Imponible del IBI: es el punto de partida del impuesto, se toma como referencia el valor catastral del inmueble.
✔️Base liquidable del IBI: es cuando se le aplican las reducciones correspondientes a la base imponible calculada anteriormente. Además, cada ayuntamiento es quien decide los tiempos y los porcentajes de las reducciones, como por ejemplo, por tener instaladas placas solares.
✔️Cuota íntegra: una vez que tenemos la base liquidable, sabiendo el gravamen que aplica el Ayuntamiento, que por ley están entre el 0,4% y 1,1% en inmuebles urbanos y el 0,3% y 0,9% en inmuebles rústicos, sabremos la cuota íntegra. Hay que tener en cuenta que, dependiendo de los propósitos de cada municipio, puede variar cada año.
✔️Cuota líquida: es el resultado final. Se obtiene al aplicar a la cuota íntegra las bonificaciones. Estas pueden ser nacionales o locales.
