No solo se refleja en el tiempo que estuvimos encerrados, sino que a causa de esto, se produjeron cambios en nuestros hábitos con la instauración del teletrabajo. Esto implicó un mayor número de horas en casa, por tanto, no es de extrañar que el consumo se disparara en muchos hogares.
Pero, ¿cómo podemos solucionar este problema? El uso de renovables, en concreto, la energía solar nos proporciona un ahorro económico de hasta el 50-60% en nuestra factura de la luz.
Eso sí, cuando hablamos de esta fuente energética, debemos diferenciar dos modalidades: la activa y la pasiva.
La energía solar pasiva todavía tiene un amplio campo de desarrollo, pero esta nueva tecnología puede llegar a cubrir un tercio de las necesidades de calefacción en nuestra casa.
Por ello, en el siguiente artículo desgranamos:
- Qué es la energía solar pasiva y cómo funciona
- Diferencias entre energía solar activa y pasiva
- Aspectos relevantes en una casa pasiva
- Cómo se puede aprovechar todo su potencial
¿Qué es la energía solar pasiva y cómo funciona?
Por consiguiente, ¿cómo se genera la electricidad para el consumo doméstico? Mediante los elementos de construcción de una vivienda, esto es, muros y ventanas que permiten disfrutar de forma directa de la energía producida por el sol.
Este tipo de edificaciones están diseñadas para cumplir las siguientes funciones principales:
- Captar, almacenar y distribuir esa energía solar en calor en las estaciones más frías.
- Mantener la vivienda a temperaturas reducidas y evitar el calor excesivo en verano.
La temperatura y la radiación solar del territorio también influirán en la producción de energía.
¿Cuál es el principal beneficio de las casas pasivas? La posibilidad de reducir el gasto energético en un 90% si lo comparamos con una vivienda tradicional.
Estos diseños no son solo factibles para la construcción de nuevos edificios, también se puede rehabilitar las viviendas existentes y aplicar esta nueva tecnología, aunque el coste será superior.
¿Cuáles son las diferencias entre energía solar pasiva y activa?
Por un lado, la energía activa requiere de una instalación de paneles solares para captar los rayos del sol y convertirlo en electricidad apta para el consumo doméstico, es decir, el sistema fotovoltaico instalado en nuestros tejados permite transformar la corriente continua generada en corriente alterna para consumir.
En cambio, ¿cuál es la ventaja de las casas pasivas? La capacidad de disponer de la energía del sol de manera directa sin instalaciones de por medio. Esto se debe a la arquitectura de los edificios con elementos que permiten aprovechar la energía solar a través de este funcionamiento.
Por ende, se necesita un diseño específico para poder disfrutar de la energía solar pasiva. Sin embargo, la energía activa no necesita de una edificación concreta sino que juegan otros factores para la instalación.
Además, la captación de un diseño solar pasivo se realiza a través de los componentes de la edificación, es decir, ventanas, techos o paredes. Por el contrario, la energía activa emplea las placas solares para generar esa energía.
Lo que sí debes tener claro es que ambas opciones son energías renovables, limpias e inagotables.
Factores clave de un diseño solar pasivo
- Acristalamiento y ubicación de ventanas
- Masa térmica
- Aislamiento térmico
- Sombras
Buen acristalamiento de ventanas y ubicación determinada
En consecuencia, el acristalamiento es un factor clave para disfrutar de la energía en el hogar. Es más, mucho cuidado con emplear excesivo cristal que pueda ocasionar pérdidas de energía.
Del mismo modo, debes considerar las dimensiones de las ventanas, eligiendo el tamaño adecuado para tu consumo.
El desarrollo tecnológico se mantiene en auge y gracias a los avances producidos en los componentes de las ventanas, se ha conseguido mejorar el aislamiento para conservar el calor en las estancias precisas y evitar pérdidas de energía.
Al igual que sucede en las instalaciones fotovoltaicas, la ubicación influye del mismo modo en las viviendas pasivas. ¿Cuál es la mejor opción? Una orientación al sur con inclinación de 30 º. De esta manera, no se pierde el calor en invierno ni se conserva excesivo calor en verano, consiguiendo una temperatura óptima en cada estación.
Pero ojo, este equilibrio es sostenible siempre que la ubicación sea correcta y se utilice el tipo de acristalamiento adecuado.
Masa térmica
¿ Pero qué ocurre en verano? La ganancia de calor se reduce por los salientes instalados o mediante las propias persianas para mantener la vivienda fresca cuando las altas temperaturas nos acechan.
Para este tipo de arquitectura, se emplean materiales como el ladrillo o la piedra, capaces de almacenar energía para la conservación de calor y uso. Siendo más explícitos, permiten captar la máxima energía y sueltan ese calor generado de forma progresiva alcanzando la temperatura adecuada.
Esto provocará una disminución de los costes de energía. Pero claro, el uso de la masa térmica debe efectuarse correctamente para lograr la eficiencia energética y no reducir ni un ápice de comodidad en la vivienda.
Por otro lado, emplear materiales como la madera, provocará una reducción de la masa térmica. ¿Resultado? Menor electricidad disponible.
No olvidar una buena ventilación externa para evitar la acumulación de calor en una estancia determinada de la casa, sino que se disipe por el interior. De lo contrario, la radiación solar generada queda almacenada justo debajo.
Aislamiento térmico
En resumidas cuentas, parte de esa energía producida a través de nuestra estructura, se está perdiendo.
Por este motivo, es importante hacer hincapié en un aislamiento superior en zonas geográficas con climas adversos y evitar fugas de calor que pierdan la temperatura adecuada del hogar.
En verano, sin embargo, un diseño solar pasivo permite mantener el ambiente fresco con la comodidad adecuada a las temperaturas dadas.
¿Y este aislamiento donde debe efectuarse? En todos los elementos de la construcción. No solo hablamos de paredes, sino también ventanas y techos.
Si queremos evitar esas pérdidas, la mejor alternativa es añadir más material aislante en el tejado, donde se precisa un mayor control de la temperatura.
Sombras
Veamos cómo nos pueden beneficiar en las diferentes estaciones del año. En verano, reducen la luz percibida manteniendo la vivienda más fresca frente a las temperaturas excesivas. En cambio, en invierno evita el sobrecalentamiento.
Pero cuidado si el área geográfica recibe sombras de manera constante y las ventanas no generan la cantidad de energía correcta para nuestro consumo diario, originando unas pérdidas significativas.
Por esta razón, la orientación de la vivienda juega un papel importante al recibir la energía solar adecuada y no se produzcan pérdidas en la radiación así como un exceso que reduzca la eficiencia de nuestro hogar.
¿Cómo utilizar la energía solar pasiva? 5 ejemplos para aprovecharla en tu vivienda
La característica diferencial y particular de esta tecnología, es evitar la inclusión de un sistema fotovoltaico en los tejados para disfrutar de esa energía en ese mismo instante.
Pero debemos recalcar su funcionamiento según un territorio u otro. No es lo mismo hablar de una región con un clima con temperaturas suaves, que adentrarnos en localizaciones con inviernos extremos donde la energía solar pasiva no es suficiente para cubrir el consumo energético de la vivienda. En estos casos, actúa como energía complementaria a la activa.
En el siguiente listado, podrás visualizar varios ejemplos que muestran cómo aprovechar una casa solar pasiva:
- Iluminación
- Calefacción tanto para radiadores como suelos radiantes
- Producción de agua caliente para uso doméstico
- Refrigeración para aire acondicionado
- Producción de electricidad para usar los dispositivos electrónicos de la casa
Ventajas y desventajas de la energía solar pasiva
- Es una energía renovable, inagotable y limpia. Tenemos la capacidad de disponer de la energía de forma continuada y no emitir gases de efecto invernadero para cuidar el planeta.
- Reduce el ahorro energético y la factura de la luz.
- Disminuye el coste de mantenimiento puesto que no necesita un sistema fotovoltaico para producir electricidad.
- Se puede compatibilizar con la energía solar activa. Es más, en la actualidad se utiliza de manera complementaria.
- El valor de la vivienda se verá incrementado.
En la actualidad coexisten ambas energías, activa y pasiva, pero el potencial de las casas pasivas nos llegará a aportar numerosos beneficios, donde el ahorro energético podría alcanzar el 90% y la factura mensual se apreciaría de manera considerable.
El potencial de la energía solar pasiva
Pero lo bueno de estos diseños es que no requieren de sistemas externos para aprovechar la energía solar.
A día de hoy, las mejoras están siendo muy notorias, pero todavía se mantiene como una fuente de energía complementaria a la activa, obteniendo mayor ahorro económico y aumentando la capacidad de nuestra vivienda para producir más energía y abastecernos durante todo el año, sin tener que recurrir a la red eléctrica convencional.
La mejor iniciativa sería apostar por la construcción de casas con estos materiales especiales que nos permitan lograr un mayor autoconsumo al mismo tiempo que son respetuosas con el medio ambiente.